Gaditanos: un marino que os debe señaladas distinciones y entre ellas la de haber llevado vuestra representación al parlamento, os dirige su voz para explicaros un gravísimo suceso. Ésta es la actitud hostil de la marina para con el malhadado Gobierno que rige los destinos de la nación. (...)
Aspiramos a que los poderes legítimos, Pueblo y Trono, funcionen en la órbita que la Constitución les señale, restableciendo la armonía ya extinguida, el lazo ya roto entre ellos.
Aspiramos a que las cortes constituyentes, aplicando su leal saber y aprovechando lecciones, harto repetidas de una funesta experiencia, acuerden cuanto conduzca al restablecimiento de la verdadera Monarquía Constitucional.
Aspiramos a que los derechos del ciudadano sean profundamente respetados por los Gobiernos, reconociéndoles las cualidades de <<sagrados>> que en sí tienen.
Aspiramos a que la Hacienda se rija <<moral>> e ilustradamente, modificando gravámenes, extinguiendo restricciones, dando amplitud al ejercicio de toda industria lícita y ancho campo a la actividad individual y al talento. (...)
Como a los grandes sacudimientos suelen acompañar catástrofes que empañan su brillo, con ventaja cierta de los enemigos, creo con mis compañeros hacer un servicio a la causa liberal presentándonos a defenderla conteniendo todo exceso. Libertad sin orden, sin respeto a las personas y a las cosas, no se concibe. (...)
JUAN B. TOPETE,
Bahía de Cádiz, a bordo de la <Zaragoza>>
a 17 de septiembre de 1868
Discurso de Castelar ante las Cortes
<<Os acaban de anunciar que se va a salir de la interinidad, que por fin vais a tener un rey, y nadie, absolutamente nadie, se ha sonreído, nadie se ha regocijado, nadie ha aplaudido, nadie se ha levantado, nadie ha proferido un ¡viva! Todos os habéis quedado fríos como si al presentaros un monarca os hubieran presentado un cadáver. ¿Creéis que a la glacial temperatura de esta Cámara se puede forjar una corona, operación que necesita el fuego del entusiasmo? Las instituciones fuertes, los hombres populares son impuestos por los pueblos a la Asambleas y no por las Asambleas a los pueblos [...]
Yo he oído a uno de los oradores más ilustres, no ya de esta Cámara, sino de la Europa entera, el Sr. Canovas del Castillo, dolerse de la ausencia del príncipe Alfonso y decir que es el candidato de su corazón pero que está decidido a reconocer y a acatar a otro candidato alzado al trono por la mayoría de la Cámara. Yo he visto a muchos partidarios del duque de Montpensier que le conocen, que le tratan, que le han seguido en el destierro, que saben los servicios por él prestados a la revolución; yo les he visto sostener a este candidato enérgicamente en otro tiempo, y así que se ha presentado uno nuevo abandonarlo a incomprensible olvido. Yo he visto al partido progresista posponiendo al general Espartero a un oscuro coronel de hulanos. Yo he visto a la mayoría de esta Cámara indiferente a un rey del Norte o del Sur, de las regiones boreales o de las regiones tropicales, germano o latino, mayor o menor de edad, dispuesto por el sultán de Constantinopla o por el emperador de Marruecos, a correr los azares de una guerra civil, o de una guerra extranjera, con tal que no exigiese ninguna creencia a su espíritu vacío, ningún sacrificio a su empedernido egoísmo [...]
El Sr. Presidente del Consejo de Ministros nos ha dicho que el príncipe de Hohenzollern no había previsto la gran catástrofe francesa, y yo digo al Sr. Presidente de Consejo de Ministros: ¿no sabe S.S. que el príncipe de Honhenzollern y el rey Guillermo mismo son instrumentos de una inteligencia más alta que se calla sus procedimientos, sus motivos y a veces sus fines? ¿no sabe su S.S. cuánto le ha costado a esa altísima inteligencia traer al Rey a su política? ¿No sabe que desde entonces Moltke y el rey Guillermo, y no digo nada del coronel Hohenzollern, todos son instrumentos de Bismarck, porque representa la inteligencia y la razón?>>
Diario de sesiones del Congreso, 3 de nvbre. De 1870.
Proyecto de Constitución Federal
de la República española, 1873
LA NACIÓN ESPAÑOLA, reunida en Cortes Constituyentes, deseando asegurar la libertad, cumplir la justicia y realizar el fin humano a que está llamada la civilización, decreta y sanciona el siguiente Código fundamental...:
Art. 34. El ejercicio de todos los cultos es libre en España.
Art. 35. Queda separada la Iglesia del Estado.
Art. 36. Queda prohibido a la Nación o al estado federal, a los Estados regionales y a los Municipios subvencionar directa ni indirectamente ningún culto. (...)
Art. 39. La forma de gobierno de la Nación española es la República federal.
Art. 40. En la organización política de la Nación española todo lo individual es de la pura competencia del individuo; todo lo municipal es del Municipio; todo lo regional es del Estado, y todo lo nacional es de la Federación, (...)
El Poder de la Federación se divide en Poder legislativo, Poder ejecutivo, Poder judicial y Poder de relación entre estos Poderes. (...)
Art. 50. Las Cortes se compondrán de dos cuerpos: Congreso y Senado.