Probablemente, por primera vez en la Historia, personalidades del mundo de la ciencia de la talla de Nicolás Jouve de la Barreda (Catedrático de Universidad de Genética), Francisco Abadía Fenoll (Catedrático de Biología Celular), César Nombela (Catedrático de Universidad de Microbiología), Pascual Vicente Crespo (Catedrático de Universidad de Biología Celular)… y tantos, y tantos otros científicos e intelectuales (más de un millar en estos momentos) se han unido para firmar un Manifiesto, el ya denominado MANIFIESTO DE MADRID. En principio, iba a denominarse "Manifiesto de los trescientos", contando con ese posible número de firmantes, luego "Manifiesto de los mil", pero continúan llegando adhesiones.
De todos es conocido el empeño de la ministra Aído y del Gobierno por liberalizar el aborto -sin haber incluido ese proyecto en su programa electoral- permitiendo a chicas adolescentes de 16 años llevarlo a cabo sin siquiera llegar a estar informados sus padres. A esa edad, las adolescentes no tienen madurez legal para conducir, ni tomar alcohol, pero sí pueden tomar decisiones de ese calibre sin siquiera consultar. Para justificar la “demanda social” de tamaña hazaña, la ministra tuvo la brillante ocurrencia de reunir a una “Comisión de Expertos” que informase al Congreso de los Diputados sobre las “bondades” legales, científicas y sociales de dicho Proyecto de Ley.
Entre los miembros de la "Comisión de Expertos" de la ministra Aído, se encuentra Barambio (a la derecha), condenado recientemente junto con el abortorio en el que trabaja, a pagar una multa de 12312 euros por los daños causados a una mujer que se sometió a un aborto. La ministra parece haber optado por reunirse con representantes de los empresarios del aborto, que el pasado año ingresaron 50 millones de euros por la realización de prácticas tan "humanitarias". ¿Hace falta recurrir a la Historia y recordar que los nazis se enriquecieron comercializando, por ejemplo, cabello humano y dientes de oro de los cadáveres de los campos de exterminio? Pero, claro, esto es diferente... no es lo mismo...
Como entre esos “expertos” consejeros de la Comisión se encontraban conocidos médicos abortistas que se enriquecen con tan lucrativo negocio, así como otros miembros muy vinculados ideológicamente con posturas favorables al aborto, conocidos científicos españoles del mundo de la Medicina, la Biología, la Farmacia, el Derecho… han querido dejar bien clara su postura a la ministra Aído. Dicho de otro modo, ahora la ministra, el Gobierno, y el Congreso de los Diputados, tienen información clara de qué es lo que hay dentro del vientre de la madre. ¿Aún no lo sabían sus Señorías? Por dejarlo más claro, la decisión que adopte la ministra, su Gobierno y el Congreso de los Diputados será una decisión política, basada en su ideología, sin fundamento científico, que ocasionará un auténtico exterminio y mucho dolor (Síndrome Post Aborto) a muchas adolescentes malinformadas.
Esto parece recordarnos el Caso Galileo, científico del Barroco que ante su conflicto con la Inquisición (aprovechamos el inciso para desmontar otra leyenda negra y recordar de nuevo que NO fue quemado, sino sometido a arresto en su domicilio), no dejaba de afirmar: “Y, sin embargo, se mueve (La Tierra)”. Cuatrocientos años después, parece que hay una ministra que se empeña en confundir bellotas con embriones y en negar la evidencia científica de que en el embrión hay una vida diferente, con unos órganos diferentes y un código genético diferente al de su madre y que únicamente necesita -todos lo hemos necesita, incluida la ministra- tiempo y alimentos para llegar a nacer e independizarse.
Cualquier mente libre de intereses económicos y/o de ideologías políticas, intuye sin grandes esfuerzos cuándo comienza el ser humano. Señora Aído, señores del Gobierno, señores Diputados y Senadores, repitan con nosotros:
lo que hay en el vientre de una mujer no es una bellota, ni un tumor... sino un ser humano que sólo necesita tiempo, alimentos y ¡que le dejen en paz! para llegar a ser como ustedes o como nosotros. ¿Tan difícil es de entender?
Pero, lo mejor, será leer el Manifiesto de estos científicos e intelectuales. En manos de cada uno está luchar y hacer lo posible para parar la carnicería que se avecina y por defender el derecho a la adopción de esos más de 80000 solicitantes que no pueden tener hijos y los desean.
Declaración de Madrid |
Martes, 17 de marzo de 2009
Ante la iniciativa de una ley de plazos como régimen jurídico del aborto
«Los abajo firmantes, Profesores de universidad, investigadores, Académicos, e intelectuales de diferentes Profesiones, ante la iniciativa del Grupo Socialista en el Congreso, por medio de la Subcomisión del aborto, de promover una ley de plazos, suscribimos el presente Manifiesto en defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal y rechazamos su instrumentalización al servicio de lucrativos intereses económicos ó ideológicos.
En primer lugar, reclamamos una correcta interpretación de los datos de la ciencia en relación con la vida humana en todas sus etapas y a este respecto deseamos se tengan en consideración los siguientes hechos:
a) Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación. Los conocimientos más actuales así lo demuestran: la Genética señala que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad Genética singular; la Biología Celular explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información Genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación Celular; la Embriología describe el desarrollo y revela cómo se desenvuelve sin solución de continuidad.
b) El cigoto es la primera realidad corporal del ser humano. Tras la constitución del material genético del zigoto, procedente de los núcleos gaméticos materno y paterno, el núcleo resultante es el centro coordinador del desarrollo, que reside en las moléculas de ADN, resultado de la adición de los genes paternos y maternos en una combinación nueva y singular.
c) El embrión (desde la fecundación hasta la octava semana) y el feto (a partir de la octava semana) son las primeras fases del desarrollo de un nuevo ser humanoy en el claustro materno no forman parte de la sustantividad ni de ningún órgano de la madre, aunque dependa de ésta para su propio desarrollo.
d) La naturaleza biológica del embrión y del feto humano es independiente del modo en que se haya originado, bien sea proveniente de una reproducción natural o producto de reproducción asistida.
e) Un aborto no es sólo la «interrupción voluntaria del embarazo» sino un acto simple y cruel de «interrupción de una vida humana».
f) Es preciso que la mujer a quien se proponga abortar adopte libremente su decisión, tras un conocimiento informado y preciso del procedimiento y las consecuencias.
g) El aborto es un drama con dos víctimas: una muere y la otra sobrevive y sufre a diario las consecuencias de una decisión dramática e irreparable. Quien aborta es siempre la madre y quien sufre las consecuencias también, aunque sea el resultado de una relación compartida y voluntaria.
h) Es por tanto preciso que las mujeres que decidan abortar conozcan las secuelas psicológicas de tal acto y en particular del cuadro psicopatológico conocido como el «Síndrome Postaborto» (cuadro depresivo, sentimiento de culpa, pesadillas recurrentes, alteraciones de conducta, pérdida de autoestima, etc.).
i) Dada la trascendencia del acto para el se reclama la intervención de personal médico es preciso respetar la libertad de objeción de conciencia en esta materia, puesto que no se puede obligar a nadie a actuar en contra de ella.
j) El aborto es además una tragedia para la sociedad. Una sociedad indiferente a la matanza de cerca de 120.000 bebés al año es una sociedad fracasada y enferma.
k) Lejos de suponer la conquista de un derecho para la mujer, una Ley del aborto sin limitaciones fijaría a la mujer como la única responsable de un acto violento contra la vida de su propio hijo.
l) El aborto es especialmente duro para una joven de 16-17 años, a quien se pretende privar de la presencia, del consejo y del apoyo de sus padres para tomar la decisión de seguir con el embarazo o abortar. Obligar a una joven a decidir sola a tan temprana edad es una irresponsabilidad y una forma clara de violencia contra la mujer.
En definitiva, consideramos que las conclusiones que el Grupo Socialista en el Congreso, por medio de la Subcomisión del aborto, ha trasladado al Gobierno para que se ponga en marcha una ley de plazos, agravan la situación actual y desoyen a una sociedad que, lejos de desear una nueva Ley para legitimar un acto violento para el no nacido y para su madre, reclama una regulación para detener los abusos y el fraude de Ley de los centros donde se practican los abortos».
Hasta ahí el Manifiesto de Madrid (el subrayado en negrita es nuestro). Probablemente la ministra Aído no calculó el movimiento ciudadano que iba a generar su proyecto de ley. Científicos, intelectuales, madres, universitarios (en otra ocasión hablaremos de ellos), cofradías, ciudadanos de a pie, concejales (alguno de ellos socialista) e incluso plenos municipales como el del municipio de Robledo (Ciudad Real), comienza a alzar su voz contra tamaña salvajada y en defensa de auténticas ayudas a la mujer y en defensa del más débil, el no nacido.
Marcha por la vida, celebrada en Madrid el 29 de marzo de 2009
Este domingo, 29 de marzo, fueron convocadas más de 80 concentraciones en las principales ciudades EN DEFENSA DE LA VIDA. ¿Informaron debidamente los medios de comunicación? Solamente a la Concentración de Madrid asistieron más de 500000 personas, muchos de ellos jóvenes.
Mientras recientemente la ministra Magdalena Álvarez anunciaba con orgullo el gasto de 8 millones de euros para favorecer la reproducción del lince ibérico (han logrado reproducir tres ejemplares), decenas de miles de mujeres carecen de ayudas para llevar adelante su embarazo. ¿Es razonable? ¿Es justo?
Este asunto, no es una simple cuestión política, sino que es CUESTIÓN DE DIGNIDAD Y DE DERECHOS HUMANOS. Como diría Jesús Poveda, médico defensor del derecho a la vida, no podemos dejar sólo en manos de los políticos un asunto tan serio como es el derecho a vivir.
En estas circunstancias, cada ciudadano deberá optar entre ser fiel a la ideología y dogmas de este momento histórico - o fiarse de lo que le dice la razón, sobre la existencia real de un ser humano en el vientre de la mujer embarazada.