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  ¿Israel o Palestina? 2ª Parte
 

¿Israel o Palestina? (2ª parte)

(1ª parte en Actualidad)

Pero, ¿qué está ocurriendo para que, después de sesenta años,  no se haya alcanzado aún una paz tan ansiada?


 

Acuerdos de Oslo (1993). Bill Clinton, Isaac Rabin (asesinado en 1995) y Yasser Arafat.

Todo pareció cambiar cuando, en 1993 se firmaron los Acuerdos de Oslo. Actuando como mediador Bill Clinton –presidente de Estados Unidos-, estrecharon sus manos el Presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, que hasta ese momento había liderado la lucha armada contra Israel y la representación de los palestinos, y por Isaac Rabin –que sería asesinado en 1995 por extremistas judíos. En Oslo, ambas partes acordaron el derecho de los palestinos al autogobierno y la retirada del ejército israelí de Gaza y Cisjordania. En dichos acuerdos se establece que una de las tres zonas (la A) quede bajo control completo de la Autoridad Nacional Palestina, otra, bajo control militar israelí y civil palestino y una tercera bajo control israelí.

Oficialmente, los Acuerdos de Oslo supusieron el reconocimiento mutuo de ambas partes y la voluntad expresa de resolver el conflicto de forma diplomática. En definitiva, Israel garantizaba su seguridad a cambio de permitir la creación de un Estado palestino. La oportunidad que se vislumbraba tras la firma de estos Acuerdos, la puso de manifiesto uno de los firmantes, Isaac Rabin, en un acto público el mismo día de su asesinato:


 

«Fui hombre de armas durante 27 años. Mientras no había oportunidad para la paz, se desarrollaron múltiples guerras. Hoy, estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz, gran oportunidad. La paz lleva intrínseca dolores y dificultades para poder ser conseguida. Pero no hay camino sin esos dolores». (Isaac Rabin)


¿Qué ha ocurrido entonces para que hayan fracasado dichos Acuerdos? Como en cualquier otro conflicto, por ambos extremos –palestino e israelí- hay partes interesadas en imponer posturas radicales e intransigentes que tienen como objetivo –mediante el uso de la violencia- la derrota y expulsión o eliminación del opuesto, mostrando un desprecio absoluto a las víctimas civiles, eufemísticamente denominadas como “daños colaterales”.

Por parte israelí, se han llevado a cabo asentamientos de colonos judíos en tierras que no les correspondían (en algunos casos, el ejército israelí ha procedido a desalojarlos por la fuerza o a impedir la creación de nuevos asentamientos). Que existen sectores judíos partidarios del uso de la fuerza lo pone de manifiesto el asesinato en atentado de Isaac Rabin en 1995 a manos de un extremista judío. En Israel, algunos sectores criticaron los citados Acuerdos de Oslo e, incluso, pidieron llevar a juicio a los responsables del mismo a los que culpan de la violencia sufrida por los israelíes.

En palabras textuales de alguno de ellos, en el año 2008, <<Lo que habría que hacer es anular los Acuerdos de Oslo, liquidar a todos los terroristas árabes junto con sus cómplices directos e indirectos y aquellos que los alaban o justifican, volver a reconquistar los territorios perdidos y volver a construir nuevos acuerdos de paz (…)>>2


Por parte palestina, la situación es, tal vez, más compleja. Si en un principio parecía que los únicos interlocutores válidos y representantes del pueblo palestino eran la Organización para la Liberación de Palestina y su líder Yasser Arafat, posteriormente han ido apareciendo y fortaleciéndose diversos grupos radicales palestinos, y otros personajes externos y ajenos al conflicto, conocidos por todos, y en los que merece la pena detenernos.

 

El logotipo de Hamás deja claros los medios a utilizar para el establecimiento de un estado islámico palestino

De todos es conocido el nombre de HAMÁS (Movimiento de Resistencia Islámico). Ahora, tal vez no todos conocen que Hamás es una organización palestina islamista de orientación sunní, que tiene como objetivos la destrucción del Estado de Israel y el establecimiento de un estado islámico sunní en el que se aplicaría la ley islámica, es decir, una ley civil basada en El Corán. Dentro de Hamás se encuadran las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam cuyo objetivo es mantener la lucha armada hasta lograr la total eliminación del Estado de Israel. Hamás obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones de 2006 a través de la lista Cambio y Reforma, lo que nos indica la radicalización de importantes sectores palestinos. Tampoco hay que olvidar que Hamás ha sido declarada organización terrorista por la Unión Europea, entre otros, y que la organización Human Rights Watch la acusa de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad. A eso, se le llama genocidio.

Un instrumento habitual de Hamás para lograr sus objetivos son los cohetes Qassam, que tienen un alcance de hasta 10 kilómetros, y que al utilizar una tecnología rudimentaria (por el momento). Es bastante impreciso pero en unos veinte segundos alcanza territorio israelí, ocasionando el terror entre los civiles israelíes. Algunos lo consideran el causante de que la frágil tregua en la Franja de Gaza saltara por los aires.

 

En los últimos tres años, más de 5000 cohetes Qassam han impactado en territorio israelí. Israel responde a estos ataques bombardeando las lanzaderas de misiles –ocultas en zonas civiles o abundante población palestina

 

Otro de los protagonistas palestinos es HEZBOLLAH (Partido de Dios). Es una organización islamista de inspiración chií (a diferencia de Hamás) libanesa proiraní (fue fundada en Irán y después en Líbano). Sus milicianos fueron entrenados, organizados y fundados por la Guardia Revolucionaria iraní y, de Irán, recibe los medios económicos y las armas. Hezbollah está considerada por siete países democráticos como una organización terrorista. Como Hamás, su objetivo es el establecimiento de un estado islámico, chií en este caso. Posee y utiliza los misiles Grad con un alcance de unos 70 kms.



Logotipo de Hezbollah, en el que figura la cita cita del Corán «El Partido de Dios resultará vencedor» y «Resistencia islámica en el Líbano». También quedan claros en su bandera los medios a utilizar para el establecimiento de un estado palestino islámico

Otras organizaciones menores, contribuyen a enturbiar aún más el panorama, como es el caso de AMAL, prosiria, chií y aliada de Hezbolah.

Es importante recordar, para comprender la situación del conflicto, que entre estas facciones palestinas –Hamás y Hezbollah especialmente- se han producido graves enfrentamientos armados, con centenares de víctimas palestinas. Está en juego cuál de ellas impone su modelo de estado islámico. La policía palestina, bajo mando de la Autoridad Nacional Palestina, ha sufrido numerosas bajas y ha fracasado en su intento por controlar a esas milicias armadas. O dicho de otro modo, la policía palestina no controla el territorio palestino ni puede evitar que desde él se ataque a Israel.

Esta situación se complica y agrava aún más, al entrar en escena una potencia islámica, económica, militar e ideológica, como es Irán. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad no se muerde la lengua cuando públicamente en la ONU o en Italia ha hecho afirmaciones como que el Estado de Israel “pronto se desintegrará”, ya que ha llegado el momento de “abrir la caja negra de ese régimen que hace sufrir a miles de palestinos”

Durante su visita a Roma, en una entrevista en la televisión pública italiana, Ahmadineyah afirmó que “En la cumbre de la FAO he anunciado que el régimen sionista pronto se desintegrará y caerá. Ha llegado el momento de abrir la caja negra de ese régimen que hace sufrir a miles de palestinos”. Además, afirmó que “la postura” iraní “es un bien para todos”. En su fanatismo ideológico, también es de los que falsean la Historia con fines políticos y religiosos, al negar el Holocausto o exterminio sistemático de judíos llevado a cabo por los nazis.


Ahmadineyah y Hugo Chávez estrechan sus lazos de amistad. Entra en juego un nuevo factor que complica aún más el conflicto palestino: el antinorteamericanismo.

Si consideramos que Irán está inmerso en un programa de desarrollo nuclear, que está bajo observación internacional ante el temor de que intenta desarrollar armamento nuclear, si consideramos que dispone de misiles de medio alcance con tecnología propia, y que impulsó la creación de Hezbollah, no es de extrañar que esas amenazas puedan causar serias inquietudes y nerviosismo en la población y gobierno israelí.

Aún necesitaremos más espacio para hablar sobre los recientes acontecimientos.

 

 
 
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