Un poco de Historia... y un poco de todo
   
  Un poco de Historia ...y un poco de todo
  ¡Huelga!
 

 

 

 

 

¡¡Huelga!!

Recientemente ha tenido lugar una huelga de tres días en favor de la enseñanza pública y contra los recortes en educación. Puesto que muy probablemente no sea la última huelga que se convoque a lo largo de este curso, sería bueno recordar los derechos que reconoce la Constitución Española tanto a los que hacen la huelga como a los que deciden asistir al trabajo, a sus clases en este caso.

Por una parte, los estudiantes que deciden realizar una huelga se amparan en el artículo 28.2 :


<<Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.>>


Por otra, las alumnos que optan por asistir a sus clases están amparados por el artículo 35.1 que reconoce que


<<Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo.>>


Unos y otros, si son auténticos demócratas, deben respetar mutuamente sus respectivos derechos. Si una huelga no es voluntaria para sus participantes, por muy numerosos que sean, carece de contenido. Si se presiona de forma abierta, o bien encubierta y sibilina, para que los alumnos falten a clase contra su voluntad, pésimo favor se hace a la enseñanza pública a la que se asegura defender. Hoy día, en la sociedad de la información e internet, carece de sentido la creación de los denominados “piquetes informativos” que, en ocasiones, son instrumentos de presión y coacción sobre los trabajadores o los estudiantes. El que desee informarse tiene por sí mismo los medios necesarios para hacerlo. Mal se defienden si no los valores de la tolerancia y el respeto.

 

En tercer lugar, se suele olvidar el Artículo 27 de la Constitución que reconoce en su punto 1º que:

<<Todos tienen derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza>>


Dicho de otro modo, los ciudadanos pueden elegir libremente en qué centro educativo quieren estudiar, como así lo confirma el punto 3º del mismo Artículo:


 

<<Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones>>

En un estado democrático, si los padres de un alumno desean que su hijo se matricule, o no, en la asignatura de Religión están en su derecho. Con los impuestos que pagan al Estado, los padres están costeando también la educación de sus hijos, con o sin religión, ética o cualquier optativa. No es casualidad, por tanto, que sea principalmente en los estados totalitarios donde se prohíba la enseñanza religiosa en los centros educativos.

 

También la Constitución, en el punto 6º del mismo Artículo 27 afirma que:

 

<<Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales>>

Si alguien desea construir un colegio, siempre y cuando respete la Constitución, está en su derecho y debe respetarse, puesto que es un servicio que ofrece a los padres que puedan estar interesados.

Es lamentable lo ocurrido el pasado miércoles, 17 de octubre, en Mérida, donde un grupo de entre 20 y 50 alumnos entraron por la fuerza en el Colegio Salesiano de María Auxiliadora, mientras asistían a sus clases unos mil alumnos; realizaron pintadas en las paredes, arrancaron crucifijos de las paredes y profirieron gritos como <<¡dónde están los curas, que los vamos a quemar!>> y <<¡más educación pública y menos crucifijos!>>. Estas acciones las presenciaron algunos niños de Educación Infantil y una profesora, trabajadora del centro, resultó herida en una mano. También en Mérida, un grupo de jóvenes intentó entrar en la sede de la cadena de radio COPE, aporreando la puerta, escupiendo en ella, llamando insistentemente al timbre y profiriendo insultos como <<¡hijos de puta!>> y <<¡fascistas!>>.

A estos jóvenes asaltantes habría que recordarles el Artículo 20 de la Constitución que reconoce y protege el derecho <<A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción>> y <<A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión>>. En un Estado democrático, si alguien no está de acuerdo con la información de una emisora de radio puede cambiar de emisora, interponer una denuncia por difamación, calumnias, etc. pero nunca utilizar procedimientos que recuerdan mucho a los empleados por el fascismo y el comunismo. En este caso ¿quién es el fascista o se comporta de forma similar, el que intenta ejercer su derecho a la libertad de expresión o el que se lo impide?.

Algún político ha argumentado que estas acciones violentas de Mérida han sido realizadas por menores quinceañeros <<con las hormonas encendidas>> y que no hay malicia detrás de esos actos, pero resulta difícil de creer la elección “espontánea” de objetivos tan precisos (un colegio concreto y una emisora de radio determinada) y los lemas y gritos tan bien elegidos para esas edades tan tempranas. ¿Habrán llegado a estudiar en clase qué se entiende por fascista y los procedimientos utilizados por el fascismo y el comunismo a lo largo del siglo XX? ¿Habrán llegado a estudiar en Educación para la ciudadanía los derechos que contempla y defiende para todos nuestra Constitución?.

¿Acciones espontáneas?, tal vez pero de momento, uno de los cuatro jóvenes detenidos es, al parecer, un dirigente de las Juventudes Comunistas de Extremadura (¡Qué casualidad!) y militante de IU. ¿Qué hubiese declarado ese político, por cierto, de la misma formación política que el detenido, si hubiese sido la sede de su grupo político o su emisora de radio preferida la atacada por un grupo violento de jóvenes de ultraderecha?

El grito de los asaltantes <<¡más educación pública y menos crucifijos!>> muestra una supina ignorancia de la Historia y un burdo intento de manipulación, pretendiendo enfrentar educación y cristianismo. Ha sido el cristianismo, desde sus inicios el que ha impulsado la cultura: todos los monasterios contaban con una biblioteca donde se copiaban y estudiaban manuscritos grecolatinos, en torno a las catedrales surgieron las escuelas catedralicias de las que más tarde nacerían las universidades europeas (Salamanca, La Sorbona, Coimbra, Oxford, Bolonia, etc.)...

 

Además, si se informasen antes de asaltar, sabrían que el colegio que sufrió sus iras pertenece a la orden religiosa de los Salesianos, fundada en Italia por San Juan Bosco en el siglo XIX, precisamente para atender y educar a los niños pobres que malvivían en las calles de Turín cuando una naciente Revolución Industrial comenzaba a explotarlos sin escrúpulos. Don Bosco dedicó su vida a crear centros de formación profesional para sacar a los niños de la calle: <<Promovió la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada>> (Wikipedia). Su labor la continúan ahora los salesianos no sólo en España sino también en el Tercer Mundo.

Ya de paso, también podrían haber asaltado la sede de Cáritas Española, ONG católica cuyo logotipo es una cruz y que el pasado año 2011 destinó más de 250 millones de euros a atender con sus 64.251 voluntarios (con sueldo 0) a 1,8 millones de españoles que viven en situación de pobreza (foto superior: fila esperando entrar en un comedor social). Cerrando Cáritas, por ejemplo, podrían ocuparse de los pobres los partidos políticos y sus militantes, o los mismos asaltantes.

En definitiva, la Constitución aprobada por mayoría absoluta por los españoles está para ser respetada por todos, si no mal nos va a ir a todos. Esperemos que esas acciones hayan sido realmente espontáneas y que no haya una minoría empeñada en que las cosas vayan a peor.

ENLACES DE INTERÉS

Biografía de Don Bosco

es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bosco

Cáritas España

www.caritas.es
 

Cáritas. Qué hacemos.

www.caritas.es/qhacemos.aspx

 
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