Las redes sociales, como cualquier avance técnico alcanzado a lo largo de la Historia, pueden ser una herramienta muy útil para mejorar el trabajo y la comunicación entre las personas, pero también tienen otros aspectos a los que conviene prestar la debida atención.
La conexión durante varias horas (¿3-4?) diarias, a las redes sociales, incluso hasta altas horas de la madrugada, puede terminar pasando factura a muchos jóvenes: dependencia psicológica de una pantalla de ordenador que debe estar permanentemente encendida y a la vista, problemas de concentración ante unos apuntes o un libro que se posponen para enviar un nuevo mensaje o leer uno nuevo que se acaba de recibir, falta de voluntad a la hora de encarar unas horas de estudio imprescindibles para aprobar un examen, superficialidad y pérdida de capacidad para analizar en profundidad un tema…
Pero, además, otros riesgos pueden pasar desapercibidos a muchos jóvenes. A principios de 2008 comenzó en Estados Unidos una campaña publicitaria Think before you post (Piénsalo antes de publicar), que pretende alertar a los jóvenes sobre los peligros de un uso imprudente de las redes sociales, al publicar fotografías o contenidos personales en el ciberespacio. Fácilmente esas fotografías pueden llegar a terceros y ser utilizadas con otros fines.
Al parecer, en España, un 27% de los niños de 8 a 11 años que navegan por Internet se ha abierto un perfil en las redes sociales y ha falseado su edad para poder hacerlo. En Estados Unidos, el 61% de los menores entre 13 y 17 años posee un perfil en las redes sociales y el 50% reconoce haber publicado fotografías personales más o menos íntimas. No sorprende entonces que el 15% de los adolescentes norteamericanos que usan las redes hayan sufrido algún tipo de acoso sexual. El 70% de esos acosos se dirigen a las niñas.
Con las redes es importante no perder nunca el control
Think before you post (Piénsalo antes de publicar)