Un poco de Historia... y un poco de todo
   
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  12 de octubre: ¡duen haamambi!
 



12 de octubre:
¡duen huamaambi!


4 de julio para Estados Unidos, 14 de julio para Francia, ambos pueblos celebran, llenos de orgullo y por todo lo grande, su fiesta nacional. 12 de octubre, aniversario del Descubrimiento de América, Día de la Hispanidad y Fiesta Nacional en España…aquí, prudencia, sigilo y complejos, muchos complejos (triste recuerdo el del Comisario de la Exposición Universal de Sevilla, Expo 92, Luis Yáñez, que en el discurso de apertura, ante todo el mundo, pidió perdón a América por haberla descubierto España) . ¿Qué hubiese ocurrido si América hubiese sido descubierta por Francia o Gran Bretaña y hubiesen llevado hasta allí la civilización occidental? ¿Y si además hubiesen dado por primera vez la vuelta al mundo? ¿Estarían tan “traumatizados” o, más bien, exhibirían con orgullo sus logros? Ni la llegada a la Luna ha tenido tanta trascendencia para el hombre como el Descubrimiento de América.

 
Pero, aquí somos diferentes…no sólo porque fuera se haya inventado una Leyenda Negra que desprecia todo lo que suene a España. El problema está muy dentro de nosotros, el enemigo está dentro. Grandes pensadores lo han mostrado con claridad, entre ellos, Antonio Machado en carta a Ramiro de Maeztu:

 
< (...) Porque España ha sido siempre muy poca cosa para un español. Tal vez sea ésta la causa de nuestra decadencia actual y de nuestra pasada grandeza (...). Con la bandera española no entusiasmará usted a nadie.>>

 Y muy recientemente, el experto en estudios árabes, Serafín Fanjul:


 
<<Sin embargo, el capítulo más bochornoso en nuestra actitud hacia América lo constituye el entusiasmo con que demasiados españoles se suman al descrédito de nuestro país, escupiendo sobre el pasado de España, simplemente porque conocen la rentabilidad del negocio.>>

 
Se ha puesto de moda entre directores de cine, escritores -bien subvencionados- y cualquier compatriota nuestro que quiera hacerse pasar por “progresista”, poner a caer de un burro todo lo que pudo hacer cualquier español en América y, por extensión, en cualquier tiempo y lugar. En multitud de ocasiones, la ignorancia histórica de estos personajes es la tónica general. Un ejemplo: en la reciente película española También la lluvia se localiza a Colón en la isla La Española en 1511, cuando Colón llevaba cinco años muerto. Con errores tan básicos, qué encontraremos si se rasca y profundiza un poco más?

 
Ciertamente, en América hubo españoles que cometieron atrocidades, como en cualquier época. Como en nuestros tiempos: podríamos preguntarnos ¿cuántos libios civiles inocentes, mujeres y niños, han muerto con las bombas arrojadas desde aviones españoles? ¿Cuántos civiles africanos inocentes, mujeres y niños, han muerto con las bombas de racimo, minas y demás armamento con cuya fabricación y venta España sanea su maltrecha economía?


Bueno sería intentar aproximarnos a la mentalidad e intenciones de los que participaron en tamaña gesta. La reina Isabel la Católica, en su testamento, considera al indio americano como persona, sujeto de derechos, al igual que cualquier otro súbdito de sus reinos.

 
“(…) no consientan den lugar que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados y si algún agravio han recibido, lo remedien y provean por manera que no se exceda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es infundido y mandado” (Testamento de Isabel la Católica. 1504)


 

Descubrimiento de América. José Garnelo y Alda


También sería interesante descubrir qué vio Colón al desembarcar en La Española:

 
"Yo, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde nos estábamos, nadando. Y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuenticillas de vidrio y cascabeles.


 
La imágenes ayudan y, especialmente, el cine ayuda con sus imágenes a entender qué civilizaciones había antes de la llegada de los españoles. Tal vez Apocalypto sea la película que mejor lo muestre.

 
Dos siglos después del Descubrimiento, la presencia de misiones en zonas de selva había logrado introducir grandes avances entre la población indígena que, además, buscaba la protección de los misioneros. La Misión, película ampliamente premiada, muestra esa realidad y los conflictos con europeos que buscan la explotación del indígena.

 
En el siglo XX han continuado los intentos por conectar con pueblos aún desconocidos de las selvas americanas para llevarles la evangelización desde un profundo respeto a sus culturas y tradiciones. Estos intentos terminan, a veces, con la muerte de los misioneros. El Final del Espíritu muestra maravillosamente bien el choque de ambas culturas, la indígena y la occidental.

 
Tras la expulsión de España, en el siglo XIX, ahora bajo Estados independientes, la población indígena americana no parece haber mejorado su situación. La explotación de recursos naturales como el caucho, la madera, el oro o el petróleo impulsó la explotación, esclavitud y hasta el exterminio de poblaciones indígenas que se interponían en su camino. Pero, eso ya no es ni genocidio ni siquiera noticia.

 
Además de lo que nos pueda mostrar el cine, en la realidad, sigue habiendo personas hoy día que dedican su vida de forma gratuita a contribuir al desarrollo y evangelización de los indios que habitan las zonas más apartadas de las selvas de Hispanoamérica. Como llevan haciendo desde hace más de quinientos años. Pero, en éstos nadie se fija. Si queremos conocer algo más sobre ellos, los tenemos en selvasamazónicas. Nos podemos centrar en dos casos concretos: el primero, el desarrollo de Puerto Maldonado, a 1800 kms. de Lima. El otro, el territorio del Río Colorado, donde los indios “Mashcos” han rechazado con violencia cualquier penetración del hombre blanco, “después de que el boom cauchero dejara en ellos una marca imborrable de muerte y esclavitud. Expediciones organizadas y bien armadas fueron repelidas violentamente una y otra vez”.


 
Para terminar, volviendo al comienzo, si otros países celebran sin complejos su Fiesta Nacional,  ¿Por qué aquí seguimos actuando con complejos después de tantas realizaciones positivas de nuestros antepasados y de que nuestro idioma, el español, sea hablado por más de 450 millones de personas de 21 países?

En este 12 de octubre, podríamos dirigirnos a todos los hispanoamericanos con la misma expresión que utilizó el P. Álvarez para presentarse a los belicosos indios “Mashcos”: duen huamaambi, hermano mío.

 
<<L
a Hispanidad, desde el principio, implicó una promesa de hermandad y de elevación para todos los hombres.>> (R. de Maeztu)





 
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