Un poco de Historia... y un poco de todo
   
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  Rompiendo el silencio
 




Esperanza Puente presenta su último libro:
Rompiendo el silencio


Rompiendo el silencio

Esperanza Puente

Prólogo: Cristina López Schlichting

Ed.: Libros Libres. Madrid, 2009, 174 págs.

ISBN: 9788492654000


Salvo en el caso de los libros “de bote” o “de diseño” (¿diseñados por quién?) que nos marcan las últimas “tendencias de lectura” y que encontramos invariablemente en las grandes superficies comerciales con los manidos  temas de siempre (templarios, ocultismo, secretismo, cienciología… bien adobados con algunos temas sobre cocina y sexología)siempre podemos encontrar un pretexto para no leer un libro que nos puede ayudar: no tengo tiempo, ando un poco pillado de pelas, tengo otras cosas en mente… Sin embargo, Rompiendo el silencio  es un libro que nadie hoy debería dejar de leer y menos a ciertas edades (¡cómo suena!) en las que uno necesita recibir abundante información para contrastar y llegar a tener opiniones propias, basadas en datos ciertos y experimentados.

 

En Rompiendo el silencio, Esperanza Puente ofrece sus vivencias personales, partiendo de su propia experiencia, y acerca al lector la historia de mujeres y hombres que ha conocido en su labor de ayuda a madres en gestación. Hace pasar por nuestra mirada argumentos, datos, y sobre todo situaciones personales de profundo y dramático calado humano. Ante hechos tan crudos, reales y evidentes, enmudece cualquier demagogia política y pseudofeminista tan al uso en los medios de comunicación de masas.

 

Estremece pensar en el silencio que ha rodeado y rodea a esta realidad, oculta de forma inexplicable por la sistemática desinformación y por la maquinaria propagandística oficial de los núcleos de poder político y económico, aunque siempre, eso sí, bajo apariencia de actuar en beneficio de la mujer. Estremece pensar en el drama de las víctimas: los bebés que podrían haber nacido si la voluntad de alguien no se hubiese interpuesto en su camino, bajo el pretexto de que “no es deseado”; también son víctimas las madres y los padres. Sobre todo este drama se ha corrido un tupido telón de silencio. Por eso es preciso romper el silencio.

 

Este libro está escrito con un lenguaje sencillo y contundente; y los argumentos que ofrece la autora son precisos, inatacables, propios de alguien que ha sufrido ese “experimento” en carne propia. Su autora abortó hace quince años y desde hace cinco se dedica a tiempo completo a ayudar a mujeres que pueden estar sufriendo su misma situación.

 

Su autora, Esperanza Puente, expuso ante la ONU (donde encontró escaso apoyo, <<en contraste con los que defienden la muerte, que allí tienen mucho apoyo y mucho presupuesto>>, de nuevo, “la pela es la pela”) y relata en Rompiendo el silencio su experiencia personal; es una mujer que viene del silencio, porque pocas veces se tiene la oportunidad de leer el sufrimiento intenso y la descripción detallada de cómo es, cómo se hace y cómo se sufre un aborto. Esperanza Puente es una madre soltera, de un pueblo de Castilla-La Mancha, <<con un hijo vivo y otro muerto>>, al que abortó por el miedo, los malos consejos, la falta de recursos y la vergüenza familiar. <<Esta sociedad no tiene ni idea del sufrimiento que llevamos las mujeres que hemos abortado. Nos dejan en silencio y en soledad>> (Bueno sería que la ministra Aído conociese el sufrimiento real que se esconde tras el aborto, en lugar de reunirse con los que se enriquecen con ellos).

 

A Esperanza Puente le ofrecieron el aborto en 24 horas como solución a un segundo embarazo, por el que se sentía incapaz de enfrentarse a su familia, pero <<nadie me dijo lo que iba a sufrir, que iba como cordero al matadero>>. <<Primero pagas, y además no te dan factura. Segundo, te encuentras en una sala de espera en la que nadie habla con nadie. A todas las mujeres se nos caen las lágrimas en silencio… Luego te hacen una ecografía y no te dejan ver la pantalla. Te dicen que es un trozo de tejido, un grupo de células. Sientes una soledad profunda. Viene un psicólogo y su única misión es que firmes un papel (el consentimiento informado), pues saben que así a ellos no les pasará nada. Si te perforan el útero llamarán a una ambulancia; y si te mueres, te has muerto. Somos un trozo de carne al que van a quitar otro trozo de carne. Entonces llega la intervención: junto a ti, en una pequeña mesa, van poniendo los trozos de tu hijo: una cabeza aplastada, una manita, el tronco roto, los dedos de sus pies… entonces se abre un abismo y caes en el vacío. Un vacío que ya no se llenará con nada ni con nadie. Comienza tu sentimiento de culpa, tus pesadillas, no puedes dormir, necesitas ayuda psicológica para superar el luto. Recuerdas cada año el día que mataste a tu hijo, no olvidas esa fecha. En una palabra: al bebé te lo han quitado del útero, pero no del cerebro>>. <<A partir de hoy, todos ustedes tienen un compromiso antiaborto. Ya no pueden decir: Yo no lo sabía, a mí no me lo contaron>>.

Estas fueron sus palabras en la Mesa de trabajo Defendamos la vida, dentro de unas Jornadas celebradas recientemente en Bilbao. Los detalles, en el libro.

 

Paradójicamente, las mayores defensoras de la vida suelen ser mujeres que han sufrido la experiencia del aborto en carne propia.


"Es más fácil sacar al niño del útero de su madre
que sacarlo de su pensamiento".
(Willke)

 
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